Junta Mayor de Semana Santa

Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores

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HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES.

Esta antigua Hermandad debió de compartir fecha de fundación con la Pía Unión de Jesús con la Cuz a Cuestas, ya que también comparte composición, salidas procesionales, escultor, año de realización y propietario.

Esta magnífica imagen magistralmente ejecutada por el afamado escultor del Siglo XVIII Gabriel Navarro, que tanto trabajó para Aragón y para Calatayud, corresponde al modelo español de Nuestra Señora de los Dolores, impuesto por la Iglesia Española en la época barroca. Destaca esta pieza por su elaboración, tratamiento, carnecimiento, policromía y expresividad, al igual que por su elegante vestuario, destacando la labor del bordado en oro de su traje y largo manto negro. A esta figura se le aplicó su palio de color negro en su exterior y blanco en su interior, que realzan a la figura rodeándola de un respeto y dignidad admirables.
La vestimenta de los hermanos que acompañan a este paso es la siguiente: túnica negra con manguitos de raso blanco, fajín blanco y capirote del mismo color, en su pecho prenden un corazón de plata atravesado por un puñal, símbolo del dolor de nuestra Madre, dolor que la acompañó hasta la resurrección.
Las salidas que esta Hermandad realiza son las siguientes:
Vía Crucis de Penitencia el primer Domingo de Marzo.
El Encuentro en la tarde de Martes Santo
El día de Viernes Santo en la Procesión del Santo Entierro.
La imagen de antiguo se veneraba en la iglesia de San Andrés y actualmente se encuentra en el crucero de la iglesia de San Juan, el Real.

La Dolorosa. Foto: M. Arenas
¿Por qué soy cofrade?


Posiblemente, el título de esta breve reflexión escrita debería decir "¿Por qué soy cofrade? ¿Por qué soy hermano?" Si todos los miembros de una hermandad expresáramos los motivos de nuestra pertenencia a ella, hallaríamos causas muy diversas, predominando, quizá, la tradición, la tendencia o moda del momento, la costumbre familiar, la devoción a una imagen concreta y, por fin, la fe. Es decir: podemos clasificar los motivos en externos e internos. Y sin despreciar ninguno de los motivos externos, es para mí la fe, sin lugar a dudas, el motivo principal de pertenencia a la hermandad; una fe tan profunda que nos lleva a dar testimonio vivo de nuestras creencias.
Todo esto tiene, desde luego, una experiencia personal y concreta en cada uno de nosotros, pues adquirimos un compromiso testimonial y evangelizador que desde la fe hemos de cumplir. Y este compromiso es para todo el año; no nos sirve colgar la túnica y el capirote el viernes, después de la procesión del Santo Entierro, o después de la Pascua de Resurrección. Nuestro compromiso debe continuar en el tiempo; nuestra actitud en la vida tiene que ir más allá, hasta hacerse patentes las palabras del evangelio: " en esto reconocerán que sois mis discípulos". Y en ello se fundamentará nuestra pertenencia a nuestra hermandad o nuestra cofradía.


María Aurora Lassa Gil
Presidenta de la Hermandad
de Nuestra Señora de la Soledad